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Cocinar en leña es un arte por sí solo, distinto a cocinar con otros métodos u hornos convencionales, como fogón a gas o cocinilla a gas. Partiendo por el ahorro de energía que implica cocinar en madera, opuesto al uso de gas o electricidad, la leña le da también un sabor único a la comida. En este Libro de Ideas, para que aprovechen el tiempo libre que entrega este verano, les vamos a enseñar a construir su propio horno de leña en 10 simples pasos.
Esperamos que les guste y que les inspire a iniciar lo antes posible la construcción de un horno que les dure toda la vida y le de un mejor uso a los espacios desocupados de su hogar, además de darle mucho estilo y convertir sus patios en espacios sociales perfectos para compartir en familia y con amigos. No olviden que para todos sus proyectos pueden contar con la ayuda de excelentes carpinteros.
¡Vamos a ver!
La funcionalidad del entorno en que construyamos nuestro horno es muy importante, por lo que debemos elegir con cuidado. Por supuesto, el exterior es el mejor espacio, pero una cocina abierta también es una buena opción. También podemos decantarnos por un horno de tambor o un horno de barro portátil si queremos que tenga movilidad.
Por supuesto, los materiales que vamos a elegir para el horno deben ser resistentes al fuego y el calor en general. Dependiendo del tamaño que queramos, tenemos que calcular bien las cantidades de materiales que vamos a usar. No olvidemos, al momento de hacer un presupuesto, incluir el costo de su mantención. En su diseño, tengamos en cuenta los espacios que necesitaremos para el depósito de leña o su cubierta, si es que queremos hacer una.
La superficie donde vamos a construir debe ser plana y bien firma, para garantizar un buen trabajo. La base se puede hacer con ladrillo u hormigón. Las medidas recomendadas para este tipo de construcción son generalmente 1,50 mt de ancho por 1,7 de fondo y 1,20 de altura, para garantizar la comodidad al usarlo.
El hoyo del horno es el punto más importante. No debe ser demasiado grande, o el horno se puede enfriar, pero aún así debe ser lo suficientemente grande para que el fuego se airee y se levante correctamente. Este espacio también necesita una base propia, que se puede hacer con moldes de madera u moldes para cemento de otro material, que ayudan a darle forma a la cúpula. No olvidemos crear al fondo de la cúpula un conducto que sirva para que el humo salga. Luego, a construir el muro exterior alrededor del horno, rellenando los espacios con tierra y con un topo de hormigón, teniendo cuidado de no tapar el conducto por el que sale el humo.
El diámetro del horno debe ser rellenado con vidrio, y encima una capa de sal bien compactada, pues los ladrillos que serán el piso del horno van a ir sobre ella, sueltos. Los ladrillo, obviamente, deben quedar bien nivelados, para luego aplicarles una capa de cemento refractado con arena y agua que los selle. Luego de eso, con madera, puedes comenzar a construir la puerta del horno, que se debe tallar con cuidado para lograr la forma redonda tanto en la boca el horno como en su puerta.
Para mantener el calor adentro del horno es necesario aplicar una capa térmica, con un material como una manta de fibra de vidrio, que son fáciles de colocar y asegurar usando tan solo tornillos. Después, se puede afirmar aún más con una red metálica parecida a la que vemos en esta foto.
Finalmente, se puede cubrir la malla con una mezcla de cemento refractario, arena y agua. Dos capas son necesarias, de dos centímetros cada una, para evitar el escape del calor y asegurar protección contra la lluvia.
La puerta es uno de los principales elementos del horno, especialmente para mantener el calor adentro. No olvidemos instalar un hoyo para la chimenea, que vaya conectado al conducto que hicimos al comienzo.
La chimenea va justo en la parte más alta del horno. Recordemos bien que el tamaño del conducto que lleva al humo hacia la chimenea debe ser lo suficientemente ancho como para que no se deforme con el calor.
La primera parte de la chimenea se puede instalar con una abrazadera metálica que la mantenga firme, para luego seguir instalando las partes de la chimenea hasta que quede bien firme.
Una vez que el horno está listo, podemos empezar a centrarnos en los detalles, como un depósito de troncos de madera, un mesón a su lado, ojalá de un material natural como la madera.
No olvidemos, después de haber usado el horno, sacar la ceniza y los restos de madera que quedan. De preferencia, las puertas y la chimenea deberían ser pintadas con material resistente al calor cada, mas o menos, dos años. Sacar el hollín de la chimenea una vez al año es también lo recomendado para aumentar la vida útil del horno.
Esperamos que les haya gustado este pequeño manual, y les invitamos a leer más en: 11 muebles y encimeras de cocina perfectas para casas chiquitas.
