Una casa en la playa con todo lo que deseas

Belén F. Escribano Belén F. Escribano
Vivienda en Marbella, UAArquitectos UAArquitectos Mediterranean style house
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Lo de tener una casa en la playa es el sueño de muchos, pero no está al alcance de todos. Hay quienes incluso tienen la suerte de poder vivir cerca del mar y disfrutar de él en épocas en las que el turismo no copa cada rincón de la costa mediterránea. Y para poner los dientes largos, traemos esta vivienda de dos plantas ubicada en la lujosa Marbella. Un proyecto de gran dimensión que, bajo la apariencia de un hogar, esconde todo un espacio dedicado al ocio y al disfrute de quienes la habitan. Como si vivir en la costa no fuese ya de por sí suficiente.

La casona de la playa

350 metros cuadrados de vivienda y de puro lujo. Un proyecto de gran dimensión que deriva en una casa de esas que parecen salidas de una película americana. Una entrada triunfal de gran dimensión, que va precedida por un jardín y un recorrido asfaltado, marca la entrada a una vivienda de estilo mediterráneo pero que bien podría confundirse con una casa colonial típica de Estados Unidos. Los tonos crema y la cubierta de teja son muy típicas de este tipo de casas costeras donde prima el blanco por encima de todo.

Una entrada triunfal

La luz y la claridad priman en cada rincón de la vivienda. En general, el diseño es bastante sobrio y enteramente entregado a la combinación estrella del blanco y el negro. El mármol del suelo a juego con las escaleras y los tonos metalizados le dan un aire muy sofisticado a todo el vestíbulo. Cabe destacar también la puerta de entrada que contiene una parte acristalada que incita a ser todo un voyeur.

Lámparas de cuento

Justo encima, una lámpara de araña preside la entrada. El diseño combina lo clásico del formato con la modernidad de los tonos utilizando nuevamente el negro como protagonista. Imitando a lámparas de otro tiempo, los falsos candelabros colocados alrededor de toda la lámpara nos recuerdan a la mítica escena deñ baile de la Bella y la Bestia. Eso sí, una versión mucho más moderna de la misma donde, seguramente, la Bella bajaría esas escaleras con un esmoquin negro en lugar de un vestido amarillo.

La cocina más grande

La cocina cuenta con dos entradas, una desde el interior de la casa y otra que desemboca directamente en el jardín. Siguiendo la línea de la sobriedad y del minimalismo. Una enorme isla central divide la zona de cocina del espacio dedicado a su degustación. El mobiliario une módulos modernos con algún que otro mueble de corte más clásico. El rojo de las sillas es quizás el único elemento de color que rompe un poco el monocromatismo al que tiene habituado toda la vivienda. 

Comiendo con vistas

El hecho de que la cocina cuente con una salida al exterior -además de por pura comodidad- surge de la necesidad de conectarla con una zona del jardín pensada como comedor. Un porche estilo bungalow cubre la zona dedicada a las comidas al aire libre y, aunque no se puede apreciar en la imagen, cuenta con una enorme mesa de madera que permite grandes celebraciones. La posición elevada de la casa permite una espectacular vista sobre el verde del paisaje. La sencillez también impregna todo el exterior donde apenas vemos elementos que lo compongan salvo algún que otro sofá.

Piscinas de hotel

Esta zona cuenta demás con una gran piscina que rompe los cánones del formato. De aspecto cubista y con zonas diferenciadas en su interior, quizá lo que más sorprende -y gusta- es el pequeño puente que la cruza y que por unos instantes da la sensación de encontrarnos en medio de un hotel al estilo todo incluído en una playa paradisíaca. En general, el eclecticismo de la vivienda es muy característico, pues combina una construcción muy colonial, con unos jardines entre lo mediterráneo y lo exótico y con un interior muy moderno.

Una terma muy andaluza

En esa línea de la diferencia entre entorno, interior y exterior, nos encontramos con una piscina cubierta inspirada en las antiguas termas romanas, pero que a su vez donde éstas contaban con un mosaico antiguo, en este caso se ve sustituido por la pintura de una típica escena andaluza. En definitiva, una especie de túnel del tiempo en el que de una estancia a otra de la casa podemos avanzar -en apenas unos metros- miles de años hacia atrás o hacia delante.

El cine en casa

Lo decíamos al principio y lo mantenemos. Además del diseño y el relax, esta es una vivienda que dedica gran parte de su sentido al ocio de quienes la habitan. Y ¿qué hay más ocioso que un cine en casa? La excepción que confirma la regla de que aquí todo debe tener mucha luz. Si había que tener un cuarto sin ventanas, ese era el dedicado a tener un cine casero. 

Tiger Woods en el jardín

La guinda del pastel no podía ser otra que un minigolf en el jardín trasero. Una escalera formada por madera y piedra da paso a una zona amurallada que desemboca en un fantástico minigolf. Todo el verde de los distintos jardines que rodean la casa le dan un aspecto muy fresco y lleno de vida que sirve para equilibrar un poco el aspecto sobrio del resto de la vivienda.

La envidia de las casas

El resultado no es otro que una espectacular construcción que no se deja nada en el camino y abarca prácticamente todo lo que podríamos esperar de una vivienda de lujo. Y no sólo eso, sino que también es una casa con sorpresa, puesto que el aspecto mediterráneo -a juego con el entorno- de la fachada y los tejados y chimeneas no tiene nada que ver con lo que encontramos en su interior, muchísimo más moderno. 

Es hora de alejarse del murmullo de la ciudad y atreverse a vivir mediterráneamente. 

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