Cambiarse de casa lleva tiempo y esfuerzo. Hay que embalar absolutamente todas nuestras pertenencias e incluso desarmar los muebles voluminosos. Sobre la fecha de la mudanza hay que prever la visita de un electricista para que desinstale los artefactos eléctricos que vayamos a llevar, y decidir con qué nos vamos a quedar y qué vamos a descartar.
Antes de llegar a la nueva vivienda es aconsejable tener ya resuelto el tema de Internet y el servicio de cable y teléfono. Si bien parece una tarea agotadora, si se empieza con tiempo y se respeta un cronograma armado con tiempo, se puede llegar al día de la mudanza con relativa tranquilidad. En este libro les queremos enumerar una lista de pasos que pueden ser de utilidad para organizar una mudanza sin morir en el intento.
Para la mudanza se van a necesitar cajas, cartones y un rollo de plástico amortiguante, el que tiene ampollitas infladas que son ideales para proteger vajilla y objetos delicados. Estos elementos se puede conseguir en una papelera, pero también se pueden pedir cajas en desuso en el supermercado para ir guardando objetos como libros o cuadros. También hace falta conseguir marcadores gruesos para rotular cada caja, indicando el contenido y a qué cuarto de la nueva casa va a ir a parar. Esta tarea que va a facilitar mucho la llegada de las mismas al nuevo hogar. Hay que sumar varios rollos cinta de embalar para cerrar las cajas y así evitar que se pierdan las cosas en el trayecto. Algunas sábanas o colchas en desuso también pueden ser útiles para proteger los muebles, porque los empleados de las empresas de mudanzas no son del todo cuidadosos cuando no los estamos mirando.
Uno o dos meses antes de la fecha de mudanza conviene recorrer cuarto por cuarto ordenando el contenido de muebles y placares para identificar, de paso, lo que usamos y lo que no. Es la mejor manera de decidir lo que se va a llevar al nuevo lugar. El resto se puede ir juntando en cajas o bolsas para donar o descartar. Un tercer grupo de objetos en buen estado se puede destinar a una venta de garaje que se puede hacer en forma presencial o por Internet en uno de los múltiples grupos de compra venta de objetos usados.
Si se va a contratar un flete o una empresa de mudanzas, lo mejor es empezar a buscar con tiempo. Lo ideal es que visiten la propiedad para determinar un costo preciso, de otro modo siempre puede haber sorpresas desagradables. Hay que pedir que nos den un presupuesto con todo que incluye el servicio, para no tener que lidiar con altos costos adicionales una vez emprendidos en la mudanza. En lo posible hacer una consulta en dos o tres mudadoras para tener un presupuesto de mercado.
Ya sea en la computadora o en un cuaderno, hay que tomarse un momento para sentarse a hacer una lista donde ir anotando y marcando lo que hay que hacer y lo que ya se realizó. También hay que contar con un folio o un sobre para ir guardando boletas, contratos, recibos y otros papeles que pueden ser necesarios.
Unas semanas antes de la mudanza conviene dejar de hacer compras en el supermercado para intentar consumir la mayor cantidad de alimentos que haya en la despensa, el freezer y la heladera. Esto hará mucho más fácil el traslado al haber menos objetos que mudar. La heladera debe estar vacía, limpia y descongelada, por eso 24 horas antes hay que empezar a vaciarla por completo.
La semana de la mudanza se puede ir llamando al electricista para que desconecte las lámparas, arañas, spots y todos los artefactos que se vayan a llevar a la nueva casa. Mientras se siguen en la vivienda vieja
se puede convivir con las lamparitas colgando de un cable. La visita de este profesional es mejor preverla con antelación para evitar apurones de último momento. Lo mismo conviene hacer con los cortinados, rollers o black outs y los cuadros de las paredes.
Es importantísimo verificar las dimensiones de la nueva vivienda para tener la seguridad de que los muebles van a poder pasar por las puertas o aberturas de los ambientes donde los vamos a asignar. Antes de la mudanza se puede colocar un cartel a cada mueble para que los empleados de la empresa de mudanza sepan donde habrá que disponerlos. También se pueden ir midiendo las ventanas para buscar cortinas adecuadas a los nuevos espacios.
Los objetos como joyas o documentos importantes es mejor llevarlos personalmente. Al igual que los elementos que necesitamos tener a mano como herramientas o lo necesario para atender a un bebé. De otro modo se puede llegar a pasar un mal momento sin necesidad. También es conveniente organizar un botiquín con los medicamentos que se puedan llegar a necesitar durante las semanas cercanas a la mudanza. El resto sin duda estará en cajas cerradas y encintadas.
Hay que terminar de embalar todo unos días antes de la fecha de la mudanza. Lo ideal es hacer un bolso o caja grande para cada miembro de la familia con ropa cómoda y neutra y productos de higiene para los primeros días. Si hay chicos en edad escolar, conviene poner ahí el uniforme y los útiles de uso más frecuente.
Una vez en la nueva casa hay que tratar de que los empleados de la mudadora dejen todos los muebles en el lugar definitivo. Así, cuando se retiren se puede empezar a ordenar y poner la vajilla, la ropa y todos los objetos en orden. Pero siempre es un buen recurso dejar que hagan por nosotros la tarea más dura de acomodar los objetos voluminosos o muy pesados.
Hay errores típicos que hay que evitar en una mudanza. En este libro les contamos cuáles son para que no les pase.