Antes y después: reforma completa por solo 8.000€

Empecemos por una de las imágenes del estado previo a la reforma: la cocina. A simple vista se ve una cocina amplia y bien distribuida, con una encimera en L para aprovechar el perímetro de la habitación y ofrecer suficiente superficie de trabajo. También tiene una ventana al exterior, lo que la dota de luz natural. Lo único que necesitaba la cocina era un nuevo estilo más moderno que quitara de un plumazo esos armarios tan recargados con tiradores y ese suelo de baldosas blancas con juntas negras. Era necesario diseñar una imagen uniforme con un objetivo claro.

Aunque parezca mentira, esta es la cocina que ocupa ahora el mismo lugar de la fotografía anterior. La imagen que nos da es de una estancia mucho mayor y mejor iluminada, sobre todo por la sustitución de los antiguos muebles de madera que ocupaban todo el alto de la habitación, por unos sencillos muebles que solo se ubican en la parte inferior, ahora con un diseño mucho más sencillo y en blanco. La encimera adopta una forma en U para crear un brazo que sirve de barra de bar para así favorecer la conversación con todos los miembros de la casa.

Desde aquí vemos mejor esta nueva barra de bar que separa la cocina del resto de la zona común de la vivienda y que hace posible que el que esté preparando la comida pueda entablar conversación con el resto de invitados o familiares. Además, para completar el conjunto de armarios bajo la encimera, se ha añadido un mueble alto con más armarios y cajones que también sirve para empotrar el horno, y con ello dar una imagen ordenada y limpia a todo el conjunto.

Justo al lado de la cocina y frente a la barra de bar se sitúa el comedor. Está conformado por una robusta mesa de madera y sillas de distintos estilos y materiales, pero todas de diseño muy cuidado. Esto dota al espacio común de cierta informalidad contrastando de esta forma con la rigidez de la cocina. El suelo que veíamos en el estado previo a la reforma se ha sustituido por baldosas grises en las que las juntas resultan casi imperceptibles, dando la sensación de ser un suelo continuo.

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A decir verdad, el salón, aunque lucía un estilo anticuado, con muebles pasados de moda, una decoración de paredes totalmente arbitraria y un suelo nada acorde con el resto, la iluminación era maravillosa. Su situación frente a una gran cristalera por la que entra el sol del atardecer es el escenario ideal para ubicar un salón en el que poder pegarse una buena siesta. Así que ahora tocaba centrarse en los muebles, paredes y suelos para adaptar el salón a la nueva imagen de la casa.

Este mueble, ubicado en uno de los laterales del salón, sí que recordaba a antiguos tiempos, en los que se deseaba una vitrina para exponer la vajilla o la cerámica que habíamos comprado en los viajes o nos habían regalado en ocasiones especiales. Ahora no se suelen ver, y más que ser algo necesario, se convierten en monstruos que ocupan demasiado espacio, sobre todo si son de madera y tan pesados como este.

El salón ha cambiado por completo. Se ha despojado de todo lo superfluo, dejado únicamente un sofá y un sillón del mismo diseño, una sencilla mesa central redonda metálica, un par de cuadros sobre un bonito y elegante mueble corrido blanco y dos zonas de luz artificial estratégicamente ubicadas. El suelo es el mismo que veíamos en el comedor reformado, ya que la sala común es diáfana, de tal forma que se ha creado un punto central en la vivienda con el mismo estilo moderno y sencillo pero también muy juvenil.

A continuación te mostramos varias imágenes de la entrada a la casa. Esta zona suele ser las que nos da la bienvenida y nos presenta el estilo y la forma de vivir de los usuarios, por lo que ha de decorarse con cariño. Sin embargo, vemos que la casa se había despreocupado de todo esto, dejando el vestíbulo de entrada como un rincón únicamente funcional para conectar la calle con la casa. El suelo de baldosas blancas llega hasta aquí, así como las puertas y marcos de madera.

Vaya cambio, ¿no te parece? El espacio sigue siendo el mismo, pero los expertos han conseguido crear una nueva imagen con unos pequeños cambios. Entre ellos destacan: la sustitución del pavimento, que es el mismo que  hemos visto en otras habitaciones de la casa; el nuevo armario con espejos que reflejan la luz y que aumentan la sensación de amplitud del espacio; un mueble estrecho de madera de almacenaje; y un papel de pared impactante que es el que uno se encuentra justo al entrar en casa.

Si miramos hacia el otro lado descubrimos la puerta de la vivienda y el pasillo que nos conduce a ella. Totalmente anodino, este vestíbulo bien podría ser el de cualquier edificio público, más que el de una vivienda. El suelo de baldosas cuadradas blancas junto a esas paredes del mismo color sin ninguna decoración, ni muebles auxiliares hacían de esta entrada un espacio tan frío que no incitaba a pasar. Por lo menos la puerta tenía una superficie vidriada que dejaba pasar la luz natural.

Esta entrada sí que es una buena bienvenida. El vestíbulo de la casa se ha convertido en una zona muy doméstica y práctica que acoge a todo el que entra. Cuenta con perchas para colgar bolsos y abrigos a la entrada, un buen armario empotrado con grandes espejos para darse el último retoque antes de salir, una alfombra para dejar la suciedad antes de pisar el suelo de la casa y un mueble que sirve también como almacenaje de zapatos, papeles y llaves.