Una casa de bajo costo ¡muy bonita!

Joelia Dávila Joelia Dávila
Casa Clemente, Juan Carlos Loyo Arquitectura Juan Carlos Loyo Arquitectura Modern home
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Imagina una casa de formas abstractas, de cielos deformados que se elevan en una curva larga y asimétrica, una casa con mucho color, que en cada habitación mezcla estilos y detalles de diversas culturas, una casa llena de texturas y construida de distintos materiales fusionados entre sí… ¿listo? Ahora vas a conocer Casa Clemente ¡y sabrás si es lo que te imaginabas!

A cargo del arquitecto Juan Carlos Loyo, la idea principal a la hora de diseñar y construir esta vivienda fue que su desarrollo fuera de bajo costo, reutilizando materiales y aprovechando cada espacio para explotar la estética de diversas culturas: tomar colores de una, textiles característicos de otra, materiales y detalles decorativos diversos pero que le infundieran una fuerte personalidad a cada sitio y a la casa en sí misma, concibiéndola como un todo armonioso y lleno de vida. ¿Quieres saber si la idea se logró? ¡Adelante!

Fachada blanca

El rostro que se nos muestra antes de entrar a la casa tiene cierto encanto de cuento: se percibe cálida, acogedora, con magia y mucho calor de hogar. Desde este punto podemos notar que la casa no tiene mayores pretensiones que lograr un ambiente de relajación desde el patio de entrada. El color blanco directo sobre el material de construcción, sin emplaste alguno, denota una sensación de desenfado. Las luminarias colgantes, como enormes luciérnagas columpiándose en el jardín, irradian paz y dulce sosiego. ¿Quién no se siente atraído a conocer lo que hay detrás de la puerta?

Si quieres conocer opciones de lámparas para tu hogar, visita Iluminación interior: ¡10 lámparas colgantes y brillantes!

Cálido porche

Junto a la puerta principal, un porche fresco, moderno pero pintoresco nos da la bienvenida. La ventana de herrería dividiendo el cristal, los troncos y el piso de ladrillo rojo le inyectan una esencia de tradición y rusticidad, mientras que la cubierta de acero y acrílicos, las sillas Acapulco y la audacia de tan curiosa mezcla le dan el toque ecléctico y de modernidad exactos para crear una atmósfera de placentero recibimiento. 

Estancia y color

Como se puede adivinar desde afuera, el cielo de la casa es un triángulo curvo cuyo vértice parece que ¡nunca llega! Curiosamente, a diferencia de los muros de la casa que son blancos, el cielo curvo es completamente negro, lo cual tiene dos ventajas: por un lado crea una atmósfera mística a la habitación, sin oscurecerla gracias a que el volumen se va alejando y no acercándose, y por otro lado aumenta la percepción de lejanía del vértice, logrando una sensación de amplitud del área, curioso ¿cierto? Por lo general el color negro encierra y asfixia, pero cuando se usa adecuadamente, con conocimiento de la teoría del color y una sutil y profunda percepción del espacio, el resultado es simplemente ¡fantástico!

El área social de esta casa es un espacio amplio y compartido entre sala, comedor y cocina. El color blanco de los muros es un lienzo para acoger toda clase de colores, texturas y estilos sin convertirse en un almacén de cosas sin ton ni son. Cada detalle destella con luz propia, cada elemento tiene una razón de ser: las lámparas son una especie de cojines luminosos que cuelgan, como grandes plumas flotando; la mesa de centro es un juego de piezas geométricas y asimétricas que combina metal con madera y vidrio, un detalle muy moderno entre textiles tradicionales como son el tapete y la manta que cubre el sillón, con elementos tribales en marrones y naranjas. Unos troncos que hacen las veces de bancas y un grupo de cojines con un estampado totalmente radical sobre el textil del sofá cierran el cuadro espectacularmente. Al fondo, la cocina es un sitio muy iluminado, abierto, que permite observar cada utensilio que, aunque a la vista de todos, está organizado. El suelo de ladrillo rojo es el cierre perfecto para este espectáculo visual, un lugar sin códigos de etiqueta a seguir, un sitio casual y desenfadado, perfecto para pasar el día a día de la mejor manera.

Habitación estampada

En Casa Clemente cada habitación cuenta con su propia terraza, un pequeño paraíso privado que puede disfrutarse desde adentro, como en esta recámara cuyo ventanal, del mismo estilo que la ventana frontal, deja escapar la vista hacia un patio rodeado de vegetación y una cerca de carrizos, en donde una sencilla poltrona de manta nos invita a relajarnos y descansar. Por dentro, una habitación llena de color cuenta con textiles que cubren la cama y las almohadas y van desde diseños tribales, indios, clásicos y contemporáneos, cubriendo el lugar de vida y fascinación.

Recámara de calabaza

Otra de las habitaciones es un poco más conservadora en cuando a los colores, pero no menos acogedora. El ladrillo rojo del piso deslumbra debajo de la lana gris que cubre la cama. El armario se cubre de una tela calabaza que integra color al espacio. Junto al ventanal, una poltrona hecha de pedazos de listones de madera reutilizados sobre tres bases metálicas también reutilizadas, originalmente de banquillos, y aseguradas con cinchos de plástico… una original forma de reciclar materiales, aprovechando lo que de otra forma desecharíamos. En esta casa ¡todo tiene más usos de lo que parece!

Patio y jardín

Cada estancia, habitación y lugar de esta vivienda cuenta con su propio espacio exterior, y todos convergen en un amplio patio posterior que combina áreas de jardín, terrazas, pisos de barro, arroyos de piedras, claros de tierra apisonada, sombras y árboles. Cada rincón de este paisaje es un pequeño paraíso que se fusiona a un universo privado de sensaciones… el sitio perfecto para acoger a los seres más queridos, para amenas reuniones a la luz de la luna o deliciosas tertulias llenas de anécdotas y recuerdos gratos. Esta es la terraza de la sala, junto a la terraza del comedor. Un espacio en común, un claro de sol y frescura.

Terraza y desayunador

El comedor cuenta también con su propia terraza: un espacio protegido por una estructura metálica y acrílico interrumpido por figuras metálicas también, como si una cascada de hojas secas hubiera cubierto el cielo.

La terraza cuenta con un pequeño comedor improvisado, un desayunador perfecto para disfrutar de una rica taza de café al iniciar el día, o una copa de vino al anochecer, iluminados por las románticas luciérnagas colgantes entre pliegues de manta blanca, flotando vaporosas alrededor…

¡Buenos días!

¿Se te antoja desayunar con esta exquisita vista de tu propio patio? Olanes de manta blanca revoloteando alrededor, la brisa fresca de la mañana dando los buenos días, el aroma a lavanda navegando por doquier… ¡una delicia de terraza!

Casa Clemente es un proyecto realizado a partir de una planeación bien pensada, diseñada y edificada en donde cada uno de los elementos tanto estructurales como estéticos se complementan y forman un todo armónico y absoluto para crear encantadores ambientes de magia y seducción. ¡Sin duda vivir en esta casa debe ser toda una aventura!

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